A la hora de circular podemos encontrarnos con los denominados carriles reversibles, pero ¿sabes quién puede usarlo y qué normativa existe al respecto?
Si vives en una gran ciudad o has visitado en algún momento una urbe de considerables dimensiones es probable que te hayas encontrado con un carril reversible. Se trata de una herramienta que se utiliza para aligerar el tráfico y consiste en que un mismo carril pueda funcionar en ambos sentidos de la marcha, dependiendo de las necesidades de cada momento. Si quieres saber cómo funciona un carril reversible y sus limitaciones, te lo vamos a explicar paso a paso.
¿Qué es un carril reversible?
Como decíamos anteriormente, un carril reversible es aquel que se puede habilitar en uno u otro sentido de la circulación, dependiendo de las necesidades de la vía. Es decir, si, por ejemplo, hay congestión en la salida de una ciudad, se puede habilitar ese carril reversible en sentido salida. Si, por el contrario, el problema de tráfico en el mismo lugar es de entrada, ese carril se habilita solo para que sea utilizado por las personas que entran en la ciudad.
Este tipo de carriles tiene sus propias especificaciones. Por ejemplo, está regulado por semáforos con forma cuadrada que se sitúan encima del carril e indican cuándo se puede o no circular por ellos. En caso de que aparezca una flecha verde, el carril está habilitado en nuestro sentido; si, por el contrario, aparece una cruz roja, eso significa que el carril está cerrado y no podemos utilizarlo.
Los carriles reversibles en ciudades están delimitados por dos líneas discontinuas dobles de color blanco en cada lado del carril. Además, tienen pintado en el suelo una flecha blanca con dos puntas, lo que quiere decir que puede ser utilizado en las dos direcciones, dependiendo siempre de lo que marque el semáforo superior.
Condiciones de uso y limitaciones de los carriles reversibles
Lo más importante a la hora de poder utilizar uno de estos carriles en el sentido de nuestra marcha es que el semáforo que vemos sobre ese carril muestre una flecha verde. En caso de que esté apagado o de que muestre una cruz roja, no podrá ser utilizado en ningún caso por los coches que circulan en nuestro sentido.
Pero, además, hay algunas limitaciones que deben cumplirse para poder utilizar un carril reversible:
- Hay que llevar siempre encendidas las luces de cruce, tanto de día como de noche.
- No se puede superar el límite de velocidad de la vía en la que está colocado el carril reversible.
- No se puede invadir en ningún caso el carril del sentido contrario, tanto si el semáforo está apagado como si marca una cruz roja.
Estos carriles pueden ser utilizados por todo tipo de vehículos, desde turismos a camiones, pasando por motocicletas, autobuses, furgonetas, etc. La única prohibición es que hubiera alguna señal específica que limitara el uso de la vía, pero la norma dice que el carril reversible puede utilizarse libremente por cualquier usuario que circule en el sentido habilitado por el semáforo.
No sucede lo mismo con los carriles en sentido contrario de la marcha, esos que suele habilitar la DGT en las carreteras cuando se producen grandes atascos producto del tráfico excesivo en puentes o las salidas o regresos de las vacaciones. Estos carriles, que se habilitan por medio de conos rojos normalmente en autovías, solo pueden ser utilizados por turismos y motocicletas. Sin embargo, los carriles reversibles de las ciudades pueden ser usados por todo tipo de vehículos.
La importancia de los semáforos en los carriles reversibles
Los carriles reversibles suelen estar presentes en avenidas de grandes dimensiones y que tienen varios carriles en cada sentido de la circulación. Normalmente, todos los carriles suelen tener encima un semáforo que indica si se puede transitar o no por él. Y aunque solo sea uno el carril reversible y esté en el centro de la vía, lo habitual es que todos los carriles tengan sobre ellos el semáforo.
Eso es muy importante para que los usuarios de estos carriles no se despisten e invadan un carril en el que los vehículos circulan en sentido contrario. Por eso, cuando se transita por una de estas vías, es importante estar muy atento no solo a la circulación en nuestro sentido, sino también en los coches que vienen de frente para evitar que alguno de ellos se equivoque y pueda provocar un accidente.
Los carriles reversibles son una de las soluciones de las grandes ciudades para tratar de encauzar los grandes volúmenes de circulación, haciendo que el tráfico sea más fluido y, por tanto, reduciendo el tiempo que se pierde en los atascos. Eso sí, es importante estar muy pendiente de los semáforos que hay sobre la vía y de la circulación en ambos sentidos para evitar posibles accidentes por despistes propios o de los conductores del resto de vehículos.
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