Los circuitos españoles más populares: una larga historia del motor

Hacemos un recorrido por los circuitos nacionales más importantes en la historia del motor en España. Descúbrelos con Víctor Seara y Goodyear.

Permanentes o no, los trazados donde se disputaron competiciones de motor en España han sido muchos. Desde la puesta en escena del larguísimo trazado de Guadarrama, a comienzos del siglo XX, hasta conocer las modernas instalaciones de la actualidad, la historia de los circuitos en España ha sido larga y trepidante.

La primera carrera denominada Gran Premio disputada en España ocurrió en un trazado no permanente, aunque existan dudas sobre la denominación en ese sentido. Era un circuito levantado por carreteras, situado en los caminos que unían las provincias de Madrid y Segovia, pasando por Guadarrama y Navacerrada, llegando a Segovia y volviendo. Más de 300 kilómetros de circuito, toda una osadía al volante por esas épocas, considerando que corría el año 1913.

Cataluña, epicentro del motor

Y como si se tratara de un presagio de lo que muchos años más tarde se viviría como alternancia en la sede del GP de España de Fórmula 1, la siguiente carrera con denominación Gran Premio ocurrió en la provincia de Barcelona, precisamente en 1921, en Villafranca del Penedés, prueba que se denominó como la primera de carácter internacional de automóviles en España. Se hicieron tres ediciones, pero se empalmó con otro circuito, muy cerca de Villafranca, precisamente en la localidad de Sant Pere de Ribes, al lado de la coqueta Sitges, donde estaba emplazado el circuito de Terramar. Se llevó a cabo diez años más tarde (1923) y se puede decir que fue el primer autódromo de España, ya que por aquel momento solo existían en todo el mundo tres trazados permanentes: el mítico Brooklands (primer circuito del mundo), el italiano Monza y el estadounidense Indianápolis.

El de Terramar también era un circuito oval, de instalaciones permanentes. Le distinguían sus elevados peraltes de 60 grados, lo que le otorgaba una singularidad y espectacularidad relevantes. Pero, por una u otra razón, marcadamente por la situación socio-política que se vivía en España por aquellos tiempos, terminaron marcando el adiós de estos trazados, incluyendo al de Lasarte, en el País Vasco.

Pasaron los años y se retomó la senda de los eventos internacionales. El escenario fue el majestuoso Circuito de Montjuic, el cual se inauguró en 1933 recibiendo varias pruebas de carácter internacional, aunque no fue hasta 1969 cuando se disputó allí el primer GP de España de F1. El de Montjuic se convirtió en una leyenda por sus desafiantes características, aunque su maravilloso entorno, sus bajadas y subidas, y su enorme velocidad para ser un dibujo urbano, le daban ese carácter único que dejó una huella imborrable para todos los amantes de la competición, tanto dentro como fuera de España. Lamentablemente, la Fórmula 1 sufría por aquellos años de un déficit de profesionalismo en el terreno de la seguridad, aún no se había llegado a algunos parámetros que se alcanzaron más adelante y ese fue el detonante de su final, con el desgraciado accidente de 1975 que terminó con su historia con la F1, aunque siguiese en activo algunos años más.

Otro de los circuitos emblemáticos ha sido el de Pedralbes. Su inauguración se había producido en 1946, pero no fue hasta cinco años más tarde cuando llegó la Fórmula 1 a ese trepidante trazado situado en las calles de Barcelona. Fue el primer escenario que recibió una prueba puntuable de la F1, aunque de carácter no permanente. Situado en la zona alta de la Ciudad Condal, tenía básicamente forma triangular, y tuvo la suerte de que coincidió justamente con la primera consagración del argentino Juan Manuel Fangio como campeón del mundo en su primera edición, en 1951.

Los circuitos españoles más modernos

El siguiente escenario emblemático no es otro que el Circuito del Jarama. Diseñado por el holandés John Hugenholtz (creador también de Zandvoort y Suzuka) fue vanguardista en su época y rápidamente se metió en el calendario de la Fórmula 1, comenzando en 1967. Desniveles desafiantes y únicos, fue el escenario en siete ocasiones del GP de España y de memorables carreras, como la de 1981, que significó el adiós a la F1.

Con el pasar de los años, la siguiente referencia en España fue el Circuito de Jerez. Inaugurado en 1986, entró de lleno en el calendario de la F1 y allí se quedó hasta 1990, aunque regresó a la misma en forma de GP de Europa en 1994 y 1997. Con los años, y siendo sede permanente del Gran Premio de España de Motociclismo, su prestigio se consolidó como una referencia a nivel internacional.
A partir de 1991, la gran referencia en circuitos a todos los niveles fue el Circuito de Montmeló, denominado actualmente Barcelona-Catalunya. Inaugurado en septiembre de ese año y sede del GP de España hasta nuestros días (alternándose alguna temporada con el circuito urbano de Valencia), el trazado barcelonés es codiciado por las escuderías de todo el mundo a nivel internacional como uno de los mejores escenarios para probar sus máquinas, las cuales posteriormente competirán allí en algún momento del año.

Inaugurado en 1999 con una carrera del Mundial de Motociclismo, el circuito Ricardo Tormo en Cheste ha sido una referencia en el panorama del mundo de motor tanto a nivel nacional como internacional. Si bien no llegó a albergar ningún GP de F1, se consolidó en las motos y llegó a ser sede de numerosos test de importancia para la Fórmula 1 y otras categorías. Todo un referente.

A este listado de circuitos emblemáticos se suman nuevas instalaciones de excelente nivel como Motorland-Aragón y otras con lujosas pistas como Ascari o Monteblanco. Queda claro que España es un país que ama el motor y que tiene una enorme tradición de circuitos que han hecho historia en el mundo de la velocidad.