El coche de Google: todo lo que debes saber sobre Waymo

30 octubre | 2017 | Goodyear

Todo sobre el coche de Google: te contamos su historia, la inversión realizada, los problemas y la actualidad de este coche

El coche del futuro esta cada vez más cerca. Waymo, y su Google car, es una de las empresas que han presentado batalla en el sector de la conducción autónoma. ¿En qué punto se encuentra el coche de Google? Todo lo que debes saber sobre el coche autónomo de Google, sus rivales y competencia, y las previsiones de futuro en nuestro blog.

Empezamos por la inversión. 1.100 millones entre 2009 y 2015 es la cifra que Waymo, la empresa filial de la tecnológica, se ha gastado en el desarrollo del coche de Google. Inversión millonaria, y hasta ahora secreta (el dato fue revelado tras una declaración judicial de Shawn Bananzadeh, analista financiero de Waymo), y nombre en clave (project Chauffeur), el coche de Google lo tiene todo. Excepto fecha para la puesta en venta de las primeras unidades, aunque se habla de 2020.

Del coche prototipo de Google (el famoso y desaparecido Firefly) a la actual flota de Chrysler Pacíficas que la compañía dispone en versión prueba para el público general (el proyecto Early rider de Waymo)han pasado años de desarrollo, denuncias a la competencia, acuerdos con Intel para avanzar en los sistemas de navegación segura y una carrera por ser el primero en comercializar el perfecto y completo coche autónomo.

El primer coche prototipo diseñado por Google (2014), un pequeño automóvil de dos plazas, sin pedales ni volante, disponía de un botón de encendido y una pantalla con la ruta de circulación. Su velocidad máxima era de 40 km/h (alguna multa de tráfico ha recibido algún coche de Google por circular demasiado lento en sus viajes de prueba) y los sensores con los que está equipado determinan la posición del vehículo y la cercanía de otros vehículos y personas. La autonomía actual del Google car es de 160 kilómetros por hora y su sistema de propulsión es una combinación de híbrido y enchufable.

En la actualidad, los ingenieros de Waymo han tocado tanto el monovolumen Chrysler Pacifica para ser el nuevo Google car que poco se parece al modelo original de Fiat. Desde el sistema eléctrico, al chasis, hasta elementos estructurales, ¿quién reconoce a los Chrysler Pacifica? Las modificaciones en el diseño son la base para conseguir integrar la tecnología necesaria del nuevo coche autónomo, que mantiene la base que caracterizaba al original Firefly: autonomía, sensores de movimiento y navegación y usabilidad.
En la actualidad, Waymo está probando su tecnología en 600 monovolúmenes Chrysler Pacifica. Para testar sus vehículos, Waymo ha abierto inscripciones buscando pasajeros para Google car dentro del proyecto Easy rider, una especie de servicio de taxi gratuito sólo disponible en el área metropolitana de Phoenix, Arizona, con el que la compañía quiere recibir feedback directo de potenciales usuarios. Hasta ahora la fase de pruebas se realizaba con la plantilla de Waymo. Este es un paso más de la Google para la avanzar en la conducción autónoma. Pese a que no hay fecha para la puesta en venta de Google car, sí hay demasiados movimientos entre los competidores directos de Google por lo que se baraja como posible fecha de implantación el 2020. Parece también que el  modelo de negocio de Google se centrará en vender licencias para explotar comercialmente el software desarrollado. Al igual que Apple, parece que a Alphabet-Waymo-Google le interesa la tecnología pero no fabricar sus propios coches.

Coche autónomo

El coche autónomo de Google y la cyberseguridad

Ser el primer en desarrollar la tecnología a un precio y coste asumibles para el consumidor final y para quien lo desarrolla (el año 2009, producir uno de estos vehículos autónomos costaba en torno a 75.000 dólares) es una de las principales dificultades que Google, Tesla, General Motors o BMW se encuentran a la hora de avanzar en el coche autónomo del futuro. La otra gran cuestión es desarrollar una tecnología segura. Hablamos de seguridad cibernética, y no sólo en carretera, ya que los sistemas de navegación autónomos requieren de una conexión continua del coche a la nube. Fiat Chrysler o Nissan ya han sufrido ciberataques y el riesgo de hackeo aumenta a medida que los vehículos incorporen más tecnología conectada. Intel ha establecido un binomio con Waymo para avanzar en los sistemas de navegación de la misma forma que Tesla trabaja en un chip de inteligencia artificial con AMD para su propio proyecto de conducción autónoma o Nvidia ha sellado acuerdos con Toyota, Audi y Volvo.

Los coches autónomos disponen de sensores para advertir la presencia de otros vehículos y otros elementos de la infraestructura de las carreteras como los semáforos para circular con seguridad y prevenir colisiones e incidentes. Envían información a la nube y reciben la ubicación y otros datos que permiten al coche saber dónde se encuentra y completar su ruta. Es entonces cuando se abre la posibilidad de que los hackers accedan a los sistemas de control del coche autónomo y lo alteren. En el caso de un ciberataque a un Jeep en 2015, los hackers consiguieron acceder a las principales funciones del vehículo a través de la radio conectada del coche.

La competencia de Google car: ¿qué hacen Uber y Tesla?

2017 ha sido un año complicado para Uber, uno de los principales competidores de Google en el sector de los coches autónomos. El accidente en Tempe, Arizona, de un Volvo XC90 con el que hacían pruebas de sus sistemas autónomos y las continuas polémicas con los servicios de taxis sólo han sido una muestra. Un caldo de cultivo excepcional para que la tensión entre las dos tecnológicas explotara con la demanda de Waymo a Uber por uso de tecnología robada. Waymo alega que Anthony Levandowski, un ex-ejecutivo de Google, robó sistemáticamente documentos para después, según Waymo, venderlos a Uber por 680 millones de dólares. ¿En qué punto se encuentra el litigio? Waymo pide 1.000 millones y una disculpa pública.

Tesla y su mediático CEO, Elon Musk, tienen especial fijación con el desarrollo de un coche autónomo que responda a las necesidades de movilidad de los usuarios. Para ello, Tesla está desarrollando un chip para el Autopilot de la flota de automóviles completamente autónomos que Musk, prometió estará lista para el 2019.

Sistema Waymo

Y mientras, ¿qué hacen las marcas convencionales? Audi está realizando pruebas y BMW, Ford y Volvo trabajan para no quedarse atrás en los avances anunciados por las grandes tecnológicas pero huyendo de la guerra mediática de Uber-Google-Tesla. General Motors, que ha invertido 1.000 millones en 2016 en Cruise Automation, ha dado la campanada. Asegura que tiene coche autónomo, desarrollado y listo para la venta a consumidor final, aunque esa no es su idea. Según Reuters, el objetivo de General Motors es crear Chevrolet Bolt EV autónomos en 2018 para el servicio de transporte compartido Lyft, que opera en Estados Unidos y que es, a su vez, uno de los máximos competidores de Uber.

El Salón del Automóvil de Frankfurt 2017 nos ha dejado novedades. Smart lo tiene claro: autónomo, eléctrico y compartido, así será el coche del futuro. La cita automovilística acogió la presentación de Smart Vision EQ ForTwo con un diseño que recuerda mucho al Firefly (el primer y retirado Google car). El vehículo está equipado con baterías de 30 kWh, con una autonomía de 250 kilómetros. La visión futura de Smart se basa totalmente en el intercambio de coches. Este prototipo se dirige a su servicio Car2Go, presente en ciudades como Berlín o Madrid.

El año pasado, un total de siete compañías (Volkswagen, Mercedes Benz, Waymo, Delphi Automotive, Tesla, Robert Bosch y Nissan) presentaron informes sobre la evolución de sus proyectos de conducción autónoma. La comparativa de estos reportes de error según los testeos realizados por cada marca, permite establecer que es la tecnología autónoma de Google la que se encuentra más avanzada. Si en 2015 habrá realizado 700.000 kilómetros de rodaje con su flota autónoma, en 2016 ha superado la barrera del millón de kilómetros y ha reducido su ratio de intervenciones de 0,80 por cada 1.600 km en 2015 a 0,20 por cada 1.000 millas en 2016.

Con todo esto, ¿quién será el primero en terminar con éxito la carrera por el coche autónomo del futuro? Se admiten apuestas ya que mientras el coche de Google sigue con sus pruebas entre el público general, Tesla y Uber no renuncian a sus esfuerzos y los fabricantes tradicionales de automóviles, en silencio y alejados del ruido mediático, siguen trabajando y presentando sus proyectos de conducción autónoma.

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