Filtro del habitáculo: función e importancia del filtro antipolen

7 abril | 2021 | Goodyear

El filtro del habitáculo de nuestro coche juega un papel primordial en la calidad del aire. Te contamos todo lo que debes saber del filtro antipolen

La primavera ya está aquí, y aunque para la mayoría de la población es siempre una buena noticia, no lo es tanto para un porcentaje alto de los conductores. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), más de 8 millones de personas sufren algún tipo de alergia en nuestro país y es una cifra que, año a año, no para de aumentar. En ese contexto, el correcto funcionamiento del filtro antipolen es especialmente relevante. Te contamos qué es el filtro de habitáculo y por qué tenerlo en cuenta en el mantenimiento de primavera.

Alergias y conducción

Se estima que para 2030, como consecuencia de la contaminación y el cambio climático, uno de cada cuatro españoles será alérgico al polen. La SEAIC igualmente asegura que en la actualidad el porcentaje de alérgicos a las gramíneas ha pasado del 35 al 74% en los últimos años.

La alergia es, sin duda, un peligroso compañero de viaje para el conductor, y los picores de ojos, estornudos, tos seca y lagrimeo limitan, y de qué manera, la conducción. En definitiva, no corren buenos tiempos para los alérgicos y, en especial, para los conductores con este tipo de patologías.

Todos los vehículos actuales cuentan con un filtro antipolen que facilita y ayuda a los conductores, alérgicos o no, a viajar de una forma mucho más cómoda y segura y a respirar un aire más sano.

El filtro antipolen, también conocido como filtro del habitáculo, es un tamiz que, principalmente, evita la entrada de polen, ácaros y partículas contaminantes al interior del vehículo; pero no olvidemos que también impide la acumulación de polvo, que es sobre el que se forma el vaho que empaña los cristales. Igualmente es responsable de filtrar los gases en suspensión provenientes del tubo de escape de otros coches, como el hollín y otros hidrocarburos.

 ¿Cuándo debo cambiar el filtro del polen?

El uso prolongado del vehículo desgasta este filtro, por lo que debe ser cambiado cada cierto tiempo. En general, se recomienda cambiarlo al menos una vez al año o cada 15.000 kilómetros; si eres alérgico, puedes incluso acortar estos plazos o aprovechar los últimos días de invierno, poco antes de la llegada de la primavera, para estrenar el filtro justo en el momento en que la alergia empieza a golpear con más dureza.

Aunque no nos acordemos de la última vez que hemos cambiado el filtro, el vehículo siempre nos va a dar una serie de pistas que nos van a indicar cuándo es el momento adecuado para su sustitución.

Si los cristales están continuamente empañados y cuesta limpiarlos, si se enciende la calefacción o el aire acondicionado y nos llega un olor muy desagradable, o directamente el aire acondicionado no funciona como debería o enfría menos de lo normal, es momento de cambiarlos nosotros mismos o pasar por nuestro taller de confianza.

Filtro para el polen

¿Cómo cambiar el filtro del polen?

En primer lugar, hay que elegir entre dos tipos de filtro: el simple, fabricado normalmente en papel o similar y capaz de filtrar polvo, hollín, polen, esporas y otros contaminantes sólidos, pero incapaz de filtrar gases tóxicos o contaminantes.

La segunda opción son los filtros de carbón activado, que son bastante más completos, ya que además de filtrar las partículas sólidas (hollín, polvo, etc.), gracias al carbón activo que contienen son, además, capaces de filtrar contaminantes muy tóxicos como el dióxido de azufre, el benzol, el ozono, gases de escape y también todo tipo de malos olores.

Cambiar el filtro del polen es una operación mucho más sencilla de lo que creemos. Aunque cada vehículo lo lleva en un sitio distinto, lo normal es acceder al filtro a través de la guantera o desde el vano motor. En caso de dudas, siempre es conveniente tener a mano el manual de instrucciones del vehículo.

  1. Una vez hemos accedido al sistema de ventilación del coche tenemos que retirar las protecciones, carcasas de plástico, toberas de ventilación y demás elementos que nos impiden alcanzar el filtro del habitáculo con cierta comodidad.
  2. Cuando hemos terminado esta operación, retiramos el viejo filtro de polen y antes de montar el nuevo es muy recomendable limpiar el sistema de ventilación con un aerosol en spray. Por cierto, el filtro viejo lo debemos reciclar en el contenedor azul, el del papel.
  3. Por último, ya solo quedaría colocar el nuevo filtro y todas las protecciones que hemos quitado anteriormente.

Cambiar el filtro de polen es un tema que afecta tanto a la higiene como a la seguridad. El filtro del habitáculo suele acumular humedad y puede criar diversas bacterias y microorganismos nocivos para la salud. Además, un filtro sucio va a provocar muchas distracciones a todos los conductores (no solo a los alérgicos, aunque lógicamente estos lo notarán mucho más) en forma de estornudos, ojos llorosos o moqueo.

Un solo estornudo provoca que se recorra 125 metros sin control con el coche circulando a 90 km/h, y varios estornudos seguidos, si la velocidad es de 100 km/h, hacen que la distancia llegue hasta los 140 metros. Por tanto, para evitar sustos innecesarios al volante, es fundamental cambiar periódicamente el filtro de polen del coche.

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