Gastronomía gallega y asturiana: los mejores sitios para comer en el norte

14 noviembre | 2016 | Nani Arenas

¿Te gusta la gastronomía gallega y la asturiana? Descubre con Goodyear y Nani Arenas nuestro ránking

El otoño es una de las mejores épocas para hacer una escapada gastronómica. Las cazuelas de llenan con sabrosos ingredientes de temporada: legumbres, castañas, setas, carne de caza… Son muchos los destinos que celebran jornadas con estas delicatessen como protagonistas. Si eres uno de esos viajeros a quienes no les importa coger el coche y recorrer kilómetros para disfrutar de la mejor cocina, atento a esta ruta entre Asturias y Galicia con algunas de las delicias de la temporada como protagonistas.

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    Fabada con Pelayo en Cangas de Onís

    Rara es la persona que no sucumbe ante la simple visión de un buen plato de fabes, la receta más típica de Asturias. Pero pocos saben que esta vianda tiene una larga historia tras de sí. Para conocer los orígenes de esta “manjar” tenemos que remontarnos a la batalla de Covandonga cuando el mítico Don Pelayo ordenó a sus guerreros comer todos los días una gran “cazuela de fabes”, casi casi una medicina necesaria para estar fuertes y ganar así la contienda más famosa de la Reconquista. Ese fue el truco de la sonada victoria.

    Con el fin de emular al primer rey asturiano y a su ejército, paramos a comer una suculenta “pota de fabes” con su compango (el acompañamiento de chorizo, morcilla y tocino) en Cangas de Onís, localidad natal de Don Pelayo y primera capital del reino de Asturias, situada en el interior del oriente del Principado. Tras la comida, aconsejo aprovechar para hacer una visita a Covadonga, donde además de saludar a virgen, más conocida como la “Santina” en su cueva y visitar la Basílica de Santa María la Real, podrás hacerte un selfie con la escultura del guerrero Don Pelayo.

    Sidra con centollo en Cudillero

    Para acompañar la fabada lo mejor es tomarse una sidrina, como dicen en Asturias. Aunque la comarca productora por excelencia de esta bebida -que sale de la manzana- es Villaviciosa, propongo avanzar en la ruta hacia el occidente y hacer la parada para tomar un culín bien escanciado en Cudillero, probablemente uno de los pueblos más pintorescos y encantadores de la costa asturiana.

    Por supuesto, aunque seguro habrá fabada en la carta mi consejo es que de entrante aproveches y te tomes también un buen centollo del cantábrico. No olvidemos que el otoño es buena estación para tomar marisco, y no se me ocurre mejor oportunidad. Para reposar, no dejes de dar un paseo hasta el faro, como manda la tradición en este pueblo de la costa, escalonado, con forma de anfiteatro y con origen ballenero.

    Caldo con alubias en Taramundi

    Y aunque Taramundi todavía está en Asturias la influencia gallega ya se palpa en el ambiente. No sólo en el acento de la gente, también en la gastronomía. Por ejemplo, no te extrañe ver caldo en las cartas, pero no olvides que aquí se fusionan las recetas y se prepara con grelos gallegos pero también con alubias.

    El otoño es también buen mes para degustar platos de caza y en el interior del Principado no faltan oportunidades para degustar sabrosas carnes. Y acompañadas con setas. Los bosques de esta zona, catalogada como Reserva de la Biosfera por la Unesco, son un paraíso para los amantes del turismo micológico”. Puedes salir a recoger setas mientras das largas caminatas entre senderos llenos de hojas secas y horizontes infinitos, como degustarlas pues en estas fechas se sirven en todas partes. La oferta gastronómica en la zona es rica y la atención exquisita. Al pasear por estas callejuelas no sorprende saber que fue justo aquí, en Taramundo donde hace 30 años abrió el  primer hotel rural de España: la famosa rectoral de Taramundi. Tres décadas después, el pueblo no ha perdido un ápice de su esencia y es uno de los mejores destinos donde hacer parada y fonda en esta ruta hacia la ya fronteriza Galicia.

    Castañas a la gallega en el Courel

    Terminamos este viaje ya en Galicia, con parada en Folgoso do Courel, al sur de la provincia de Lugo. Nada más llegar ya se aprecia que es esta tierra rica en castaños y por tanto, buen lugar donde degustar su preciado fruto: la castaña, uno de los indiscutibles manjares del otoño por excelencia. Con el que por aquí se elaboran los platos más deliciosos con la tradición como testigo: castañas crudas, confitadas, como compañeras en infinidad de salsas, en pasteles y tartas… cocidas, en guisos como sustitutas de la patata, como se hacía antaño en la postguerra. Y por supuesto asadas.

    Las castañas son también las protagonistas de los magostos, fiestas gastronómicas habituales en estas fechas en todo el norte de España (llamadas amagüestos en Asturias) en las que se consumen acompañadas de vino, sidra o lo que corresponda según el lugar de la celebración.

    Esta época es también la de las matanzas y como buena zona ganadera que es, en el Courel hay que aprovechar y probar los productos del cerdo.  Por supuesto, tras tanta comida toca caminar para hacer una buena digestión y aquí eso también es tarea fácil. Estas sierras están llenas de caminos, pistas, senderos, bosques… y aldeas de casas apiñadas con balcones de madera y sabor añejo donde  hacer parada y fonda.

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