Qué ver en Alicante provincia: ruta en coche por Benidorm, Jávea y Dénia

18 febrero | 2019 | David Escribano de "Viaja Blog"

Descubre con Goodyear y David Escribano esta apasionante ruta por el norte de Alicante. ¡Vente de viaje con nosotros!

La provincia de Alicante es una de las más turísticas de España y, por ende, del mundo, pues nuestro país ha acabado el año 2018 siendo la segunda nación más visitada del mundo. Como principales reclamos, las playas, la buena calidad de vida y los más de 300 días de sol. Lo cierto es que todo esto no es poco, pero Alicante tiene mucho más, como, por ejemplo, buenas rutas senderistas que jalonan un paisaje montañoso que pocos conocen y más de 220 antiguas fortalezas, algunas de ellas milenarias, que siembran tanto la costa como las tierras del interior.

Desde Goodyear os proponemos una ruta por el norte de la provincia de Alicante. Entre las localidades qué ver en Alicante se asoman a este recorrido tres destinos con mucho que ofrecer al viajero: Benidorm, Jávea y Dénia.

Punto de partida Alicante y por delante una ruta de poco más de 110 km que se presta a recorrerla sin prisas.

Vista de Benidorm

Benidorm: más que playas

Guiris descontrolados por culpa de la bebida barata, pensionistas por todos lados, playas abarrotadas en las que no puedes poner la toalla salvo que madrugues más que para ir a trabajar… Esa es la imagen que mucha gente tiene de Benidorm.  Sin embargo, aunque hay una mínima parte de verdad en todo eso, lo cierto es que Benidorm es, durante todo el año, un lugar que merece la pena visitar.

Cuando el resto del país se sume en el cotidiano día a día habitual de los periodos no vacacionales, en Benidorm el ambiente sigue siendo festivo. A mí, personalmente, siempre me ha producido una gran sensación de desconexión y bienestar. Sobre todo si visitas la ciudad en cualquier época distinta al verano.

Al obvio atractivo de sus playas de Levante y Poniente, extensas lenguas de arena de 2 y 3 km de longitud respectivamente, hay que añadir unas cercanas montañas que son preciosos parajes naturales por los que merece la pena perderse.

Se trata de Sierra Helada y las tierras que rodean al mítico pico del Puig Campana. Este último, se eleva 1.410 metros sobre el mar y desde él podrás disfrutar de una de las mejores vistas de la provincia alicantina. Cuando regreses a la ciudad, tras caminar entre pinos y sotobosque mediterráneo respirando un aire con aroma a mar, recuerda preguntar a algún lugareño – sí, también hay gente que ha pasado toda su vida en Benidorm – sobre la leyenda del pico doble del Puig Campana.

Cuando te la haya contado – hay varias versiones entre las que elegir – deja que sus memorias retrocedan a la época en la que Benidorm era una villa pesquera donde la vida se ganaba faenando duramente en las aguas del Mediterráneo.

Era otro Benidorm, donde los rascacielos no tenían cabida y las playas aparecían casi vírgenes ante la vista de unos pocos turistas que juraban regresar al año siguiente.

Parte de ese Benidorm sigue estando reflejado en su bello casco histórico, donde la iglesia de San Jaime y Santa Ana es el icono principal. Los bajos de las casas de dos plantas están ocupados ahora por restaurantes y bares en los que la algarabía se alarga los 365 días del año.

Y es que Benidorm lo celebra todo. Podrás divertirte durante las Fallas, las Hogueras, los Moros y Cristianos y, cómo no, el Carnaval.

Si, tras unos días, ya has tenido suficiente de tanto aire festivo/vacacional, súbete a tu coche y pon rumbo a Jávea.

Vistas de Jávea

Jávea: calas para desconectar

Si Benidorm tiene un ambiente más vibrante e inclinado a la fiesta, en Jávea encontrarás un lugar perfecto para relajarte. Calas espectaculares, miradores y una ciudad pequeña y acogedora te ayudarán a ello.

En los alrededores de Jávea, las aguas cristalinas de Cala Granadella aún lloran por el incendio que arrasó este espectacular paraje natural hace unos pocos años. Afortunadamente, parte de la flora que cubría las laderas de las montañas que custodian la cala se ha recuperado y sigue siendo un lugar que no debes perderte. Eso sí, ahora el acceso en coche está restringido, por lo que deberás dejarlo en la carretera de la guardia, desde donde parte un autobús gratuito cada 20 minutos.

Otra de las bellas calas cercanas a Jávea es la de Portitxol, también conocida como Cala Barraca. Aquí, además de las aguas transparentes, también puedes admirar las antiguas casas de los pescadores, con sus fachadas blancas y ventanas y puertas azules,  que todavía siguen en pie. Tráete gafas y tubo y disfruta de uno de los mejores fondos marinos de la Costa Blanca alicantina.

Por último, antes de visitar la ciudad, te aconsejo acercarte al Cabo de La Nao, el punto más oriental que ver en Alicante.  Las vistas de la costa y el mar desde aquí, son espectaculares, incluyendo el faro y el cabo de San Antonio, que han servido de referencia a los pescadores desde décadas atrás.

Y por fin llegamos a Jávea. Su casco histórico está recorrido por calles estrechas a las que se asoman casas bajas en las que habita gente que se crió en el pueblo. Cada rincón oculta un bello secreto, como la iglesia fortaleza de San Bartolomé y el Mercado Municipal. No dejes de pasear por el “Carrer Estret” (calle estrecha), decorado con plantas y flores que los vecinos del barrio cuidan con amor durante todo el año.

Paseando hacia el mar, te toparás con el barrio pesquero de Jávea, uno de los más carismáticos que ver en Alicante. Como buen pueblo de pescadores, aquí encontrarás gran parte de la historia de la villa.

Si ya es hora de comer, realiza una parada en el restaurante Cala Bandida y prueba sus magníficos pescados, arroces y mariscos. Si has alquilado un apartamento y prefieres cocinarte algo, acude a la Lonja del Pescado de Jávea y compra el pescado recién traído por los marineros.

Por último, acércate al mirador del Cabo de San Antonio, a los pies de la sierra del Montgó, y disfruta de unas vistas que, en los días claros, incluirán hasta las islas Baleares.

Dénia: arquitectura, naturaleza y gastronomía

Poco más de 40.000 personas están censadas en Dénia, pero al llegar el verano, la ciudad acoge a unas 200.000 almas. Y es normal, pues Dénia es uno de los mejores lugares que ver en Alicante.

Playa, un microclima benigno, naturaleza, rica gastronomía, deporte y ocio nocturno. Dénia tiene algo para cada viajero.

Si te gusta tumbarte al sol hasta que el hambre – o el calor – te obligue a moverte, las playas de Las Marinas, Marineta o Trampolí son tu mejor opción en Dénia.

Los amantes del turismo cultural, no podrán marcharse de la ciudad sin hacer una visita al castillo de Dénia. Se trata de una fortaleza diseñada por los árabes, entre los siglos XI y XII, y utilizada, tras la Reconquista, como puesto defensivo ante los habituales ataques piratas. Hoy en día, alberga el Museo Arqueológico y desde sus almenas puedes admirar el puerto de Dénia.

Tanto si te van los deportes náuticos como si no, no dejes de alquilar un kayak para acercarte a conocer la maravilla geológica de Cova Tallada. Se trata de una de las cuevas marinas más bellas de la costa alicantina.

Por encima de ella, se extiende el Parque Natural del Montgó, uno de los mejores parajes naturales que ver en Alicante.

Después de tanto ejercicio al aire libre, te mereces reponer fuerzas en uno de los mejores restaurantes de Dénia, el de Quique Dacosta. Regálate un menú diseñado por este ganador de tres estrellas Michelín.  Vayas donde vayas, no dejes de probar la archiconocida gamba roja de Dénia. Un manjar entre manjares.

Por último, pasea amparado por la luz tenue de los farolillos que alumbran las calles peatonales del casco antiguo de Dénia, mientras respiras su olor a mar. Es el final perfecto para esta ruta por el norte de la provincia de Alicante.

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