Qué ver en Salamanca

22 septiembre | 2021 | Goodyear

Si aún no sabes qué ver y hacer en Salamanca, te va a encantar este recopilatorio con los mejores planes para disfrutar de tu visita a la ciudad

Salamanca es una de las ciudades más bonitas de España, lo que la convierte, al mismo tiempo, en una de las más turísticas y visitadas. Y no es para menos: la lista de imprescindibles es interminable y aquí vamos a tratar de conseguir que tu escapada a Salamanca sea un éxito concentrando en un solo post qué ver en Salamanca y qué no puedes perderte.

Plaza Mayor

Toda visita a esta capital castellana comienza por su Plaza Mayor, de estilo barroco y por la que toda la ciudad pasa en algún momento del día. Sentarse en alguna de sus terrazas (la más famosa es la del Café Novelty, donde se daban cita los intelectuales de hace dos siglos) en diferentes momentos del día ayuda a entender la importancia de este lugar, presidido por el Ayuntamiento de Salamanca y donde quedan miles de charros siempre “debajo del reloj”.

Plaza Mayor

Universidad de Salamanca

La fachada de la Universidad de Salamanca es uno de los primeros lugares de la ciudad que visitan tanto estudiantes como turistas. Todos buscan lo mismo, una pequeña rana que dará la gloria en los exámenes a quien la encuentre. Pero más allá de esta anécdota universitaria, este edificio es magnífico: una fachada de estilo plateresco, un claustro y una biblioteca que te hacen retroceder en el tiempo y aulas donde impartieron su maestría personajes de la talla de Miguel de Unamuno.

Catedral de Salamanca

Salamanca es una de las pocas ciudades que puede presumir de tener dos catedrales. La Catedral Nueva es la segunda más grande de España (solo por detrás de la Catedral de Sevilla) y se edificó entre los siglos XVI y XVII. Iba a sustituir a la Catedral Vieja, construida entre los siglos XII y XIV, pero finalmente se decidió conservar ambas y hoy se pueden visitar. Como curiosidad, en la Puerta de Ramos de la fachada de la Catedral Nueva se puede ver la figura de un astronauta tallado en piedra, como si fuera una obra de hace cientos de años, aunque, lógicamente, apenas tenga unas décadas.

Casa de las Conchas

En pleno centro de la ciudad, a tiro de piedra de la Universidad de Salamanca, se encuentra la Casa de las Conchas, un peculiar palacio del siglo XV reconvertido hoy en día en biblioteca. Pero, sin duda, lo que más llama la atención son las 300 conchas que decoran el exterior y que dan su nombre al lugar. Dice la leyenda que debajo de una de ellas se encuentran las joyas de los antiguos dueños, aunque nadie las ha encontrado… todavía.

Casa de las Conchas

Universidad Pontificia y Clerecía

Justo enfrente de la Casa de las Conchas se levanta el majestuoso edificio de la Clerecía, la sede de la Universidad Pontificia de Salamanca, aunque la mayoría de sus alumnos acudan hoy en día a clase en el moderno campus, a un par de kilómetros del centro de la ciudad. Se puede subir al mirador que hay en lo alto de la iglesia de la Clerecía, pero también visitar el claustro del Colegio Real de la Compañía de Jesús e, incluso, entrar en alguna de sus aulas con forma de bóveda por las que han pasado miles de alumnos.

Huerto de Calixto y Melibea

Salamanca es una ciudad llena de leyendas y una de ellas es la que se cuenta de un pequeño jardín en la zona peatonal que hay detrás de las catedrales. Ese habría sido el escenario donde Fernando de Rojas situó los amores de Calixto y Melibea, los protagonistas de La Celestina, y es un lugar mágico por el que merece la pena pasear. Para llegar hasta allí hay que pasar por la calle Tentenecio, donde otra leyenda cuenta que San Juan de Sahagún, el patrón de la ciudad, paró en seco a un toro que había escapado del mercado con solo decirle “Detente, necio”, quedando así para siempre el nombre de esa calle.

Huerto de Calixto y Melibea

Puente Mayor

Pocas ciudades pueden presumir de tener un puente romano del siglo I y Salamanca es una de ellas. Cruza el río Tormes y era la entrada principal a la ciudad hace dos milenios, aunque desde entonces ha tenido que ser restaurado en múltiples ocasiones. En uno de sus extremos se pueden ver dos las estatuas más antiguas de la ciudad: un verraco y el monumento al Lazarillo de Tormes. Ambos están relacionados, aunque se desconoce la fecha en la que se colocaron en ese lugar predominante de la antigua Salamanca.

Salamanca tiene mucho que ver, y esto es solo el principio. Si piensas hacer una escapada a Salamanca apunta también estos otros destinos: la Casa Lis, el convento de San Esteban, la Gran Vía, la Plaza de Anaya, el Palacio de Fonseca, el convento de las Úrsulas o el Palacio de Monterrey. Pero, sin duda, el mejor consejo es perderse por esta preciosa ciudad universitaria y descubrirla entre alguna visita a sus bares para probar sus famosas (y gratuitas) tapas.

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