Ruta por Madrid: descubre los escenarios de la serie Velvet

3 diciembre | 2015 | Javier Hernández

Si te gustó Velvet seguramente te gustará la interesante ruta que hemos preparado para que te sumerjas en un Madrid de película.

Cada semana, millones de espectadores se sientan delante del televisor para cumplir con su cita con la serie Velvet. Con unos decorados muy cuidados, un vestuario que evoca los años 50 y un reparto de lujo. Velvet es un drama romántico producido por Bambú Producciones para Antena 3. Con más de una treintena de premios y nominaciones, Bambú Producciones ha convertido sus series en un referente de calidad y entretenimiento respaldado por público y crítica.

El reparto está encabezado por Paula Echevarría y Miguel Ángel Silvestre que forman la pareja protagonista de la ficción. Aitana Sánchez-Gijón, Pepe Sacristán, Natalia Millán, Miriam Giovanelli, Cristina Plazas, Tito Valverde, Celia Freire, Sara Rivero, Manuela Vellés, Adrián Lastra, Manuela Velasco, Marta Hazas, Juan Ribó, Javier Rey, Pep Munné y Maxi Iglesias completan un casting de lujo.

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Las imaginarias “Galería Velvet” simulan ser un referente de la alta costura en las España de finales de los años 50. En torno a estas galerías, se desarrolla toda la trama de la serie: diseñadores, modistas, empleados, vendedores y encargados entremezclan sus rutinas con las clases más pudientes del Madrid de la época.

La serie, inspirada en la novela de Emile Zola “El paraíso de las Damas”, relata la historia de Ana Ribera (Paula Echevarría), una de las modistas de las galerías que se enamora del joven heredero del imperio Velvet, Alberto Márquez (Miguel Ángel Silvestre.) Aunque el amor es correspondido, no deja de ser prohibido por los clichés de la España de la época. Aunque la trama de la serie gira en torno a la relación de Ana y Alberto, las  aventuras sinfín protagonizadas por los demás personajes son una guinda más al ya de por sí, cuidado guión.

La llegada de los grandes almacenes fue una revolución en el mundo de la confección. Hasta ese momento, las señoras de clase alta, dejaban en manos de una modista de cabecera todo su vestuario y se encargaban de confeccionar desde los trajes de fiesta, hasta el traje de baño que luciría esa temporada. Los grandes almacenes, dieron el pistoletazo de salida de la moda “prêt-à-porter”: ropa ya confeccionada lista para llevar a casa y a precios más asequibles. Esta nueva modalidad, también sirvió para marcar distancias entre las clases más pudientes que adquirían modelos exclusivos a precios más altos y la clase trabajadora, que prescindía de la prenda “única” en pos de unos precios más asequibles.

Los primeros grandes almacenes del mundo se abrieron en Estados Unidos en 1858 bajo el nombre de Marcy´s. Toda una revolución social en la época, convirtiéndose en un lugar de ocio de visita obligada. Luego llegaron los almacenes Woolworth y su famoso “todo a cien” que revolucionaron el mercado con productos a 5 céntimos de dólar. Las ventas por correo no tardaron en proliferar dado el vasto territorio de Estados Unidos y en pocos años, el concepto llegó también a Europa. El furor de los grandes almacenes llegó a España a principios del siglo XX desde Cuba (la Cuba esplendorosa de entonces que copiaba los modelos americanos), de mano de tres emigrantes asturianos parientes entre sí que regresaron  de su España natal desde La Habana para montar El Corte Inglés unos y Galerías Preciados otros. Es verdad, que en Madrid, ya existía un concepto de grandes almacenes antes: el SEPU (Sociedad Española de Precios Únicos), pero no tardaron en desaparecer arrollados por la grandeza de los recién llegados que impulsaron nuevas políticas en el comercio nunca antes vistas: las devoluciones y los cambios de artículos.

Aunque el escenario real de la serie Velvet es un inmenso plató situado en San Sebastián de los Reyes (Madrid) donde se recrean al detalle prácticamente todos los ambientes de la producción, cada uno de ellos fue inspirado por lugares reales de la capital.

El lugar en el que están situadas las Galerías no podía ser otro que el de la Gran Vía madrileña. Una de las calles más concurridas y elitistas del Madrid de la época. La dirección oficial de Galerías Velvet en la serie es la de Avenida de José Antonio, 34 (nombre que recibía la Gran Vía en los años cincuenta). Pero el edificio que se toma como referencia es el número 34 de la Gran vía, concretamente la fachada del edificio donde se ubica en la actualidad Zara. El resto del ambiente de los 50 está recreado por ordenador.

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Otro escenario inspirado en la realidad, es el mítico local Pausa, dónde los protagonistas acaban sus jornadas laborales, desvelan secretos y traman nuevas conspiraciones. La idea está tomada del bar Cock situado en la calle de la Reina en Madrid. Una coctelería con una decoración propia de los mejores Clubs de Londres de la época: altos techos, imponente chimenea y madera noble. El bar Cock fue inaugurado en 1921 por Emilio Saracho y Perico Chicote y en poco tiempo se convirtió en uno de los lugares de moda de la capital para los jóvenes de clase alta de la época (como el protagonista de Velvet, Alberto Márquez).

El restaurante al que acuden los protagonistas más pudientes de la época, está inspirado en el local con más historia y tradición de Madrid: Lhardy. Este mítico restaurante con más de 150 años de antigüedad, está situado en la Carrera de San Jerónimo y sus salones han acogido desde reyes (era uno de los restaurantes favoritos de Alfonso XII) hasta personalidades de la política, pasando por reconocidas personalidades artísticas. En este ambiente inalterable, se han decidido derrocamientos de reyes y políticos, repúblicas, introducción de nuevas dinastías, restauraciones, regencias y dictaduras. No dejéis pasar la oportunidad de probar algunos de sus platos estrella: Salmón marinado, rodaballo con crema de puerros y espárragos, tataky de atún rojo con verduras, ajoblanco de pistacho y cangrejo real…

El Embassy es otro de los locales de referencia en los escenarios de Velvet. Situado en el Paseo de la Castellana fue fundado en los años 20 por una irlandesa que supo ver la necesidad de crear en la capital un local dónde tomar té, un lugar dónde ver y ser visto, un ambiente chic para clases pudientes por el que han pasado políticos, intelectuales, actores y personajes relevantes. Lo que empezó siendo una tetería/pastelería, pasó a ser a partir de los años 80, restaurante y una tienda de delicatesen con una amplia variedad de comida para llevar no apta para todos los bolsillos. La escenificación de este local, es el ambiente elegido por los dos protagonistas de Velvet para sus citas.

La joyería Grassy, situada en la esquina entre la Gran Vía y la Calle Alcalá, es otro de los comercios emblemáticos del Madrid de los años cincuenta que se recrea en la serie. Un lugar dónde el joven enamorado Alberto Marquez acude para comprar un anillo de compromiso. En concreto, estas famosas joyerías que nacieron en 1952 y continúan abiertas al público, están decoradas con estucos italianos, frescos y pavimentos de terrazo que logran recrear un espacio idílico. Aunque sin duda, uno de sus mayores atractivos es su antiquísima colección de relojes en la que se encuentran auténticas reliquias francesas, inglesas y alemanas desde el siglo XVI. Otro de los escenarios de la serie, esta vez real, es el hotel Ritz de Madrid ubicado en la prestigiosa Plaza de la Lealtad. El quipo al completo, abandonó durante varios días el plató de San Sebastián de los Reyes, para trasladarse a un escenario real dónde rodarían la romántica escapada de Ana y Alberto a la ciudad del amor: París. El magnifico hall del hotel fue uno de los escenarios elegidos así como una de las lujosas suites. Todas las escenas tuvieron que filmarse de noche para nos molestar a la exclusiva clientela del hotel. Puede ser una excusa perfecta para darnos un capricho y alojarnos en este emblemático hotel de la capital madrileña.

Un cuidado escenario en el que se ha tenido en cuenta cada detalle: desde los sellos de las cartas que se reciben en las galerías Velvet (una réplica de los sellos de la época), hasta las marcas de los licores que toman sus protagonistas. Todo está estudiado al milímetro para darle veracidad a una bonita historia de amor. Quizás, la única pega a esta super-producción digna de Hollywood, es que la España de los años 50, era un país de posguerra sumido en una dictadura que no albergaba, ni por asomo, la exagerada sofisticación de la serie.

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