5 rutas por la España vaciada para redescubrir sus encantos

7 septiembre | 2021 | Goodyear

Hemos preparado un especial con las mejores rutas por la España vaciada para quienes buscan descubrir sus secretos y poner en valor su patrimonio y esencia

La España vacía o vaciada es una realidad que afecta a decenas de provincias, cientos de comarcas y miles de pueblos. Más allá de actuaciones institucionales y el compromiso social necesario para reactivar la España más despoblada y rural, la pandemia ha hecho que sean muchos los que vean en estas zonas la forma perfecta de escapar de la gran ciudad y la masificación. Hemos preparado un especial con las mejores rutas por la España vaciada para quienes buscan descubrir sus secretos y poner en valor su patrimonio y esencia.

Palencia, la bella desconocida

Comenzamos nuestras rutas por Palencia, una de esas provincias más desconocidas, pero que, en cambio, tiene mucho que ofrecer. La primera parada es en la capital, donde no podemos dejar de visitar la Catedral, apodada La Bella Desconocida, y el Cristo del Otero, el más alto de cuantos hay en España con sus 30 metros de altura. Desde allí partiremos hacia Támara de Campos, un pueblo de apenas 75 habitantes, pero con una iglesia de dimensiones descomunales. La siguiente parada será en Carrión de los Condes, estación importante del Camino de Santiago, antes de seguir marcha hacia Saldaña, donde hay que parar obligatoriamente en la villa romana de La Olmeda, única en toda Europa. Finalmente, la ruta desemboca en la Montaña Palentina, una cadena montañosa espectacular donde, además de una naturaleza desbordante, también encontraremos algunos de los mejores ejemplos de Románico existentes en el mundo.

Cáceres, tierra de contrastes

Quien no haya visitado nunca Extremadura quizás se la imagine como un lugar árido y seco, pero nada más lejos de la realidad. El norte de la provincia de Cáceres, descendiendo desde la Sierra de Béjar y la Sierra de Francia, es verde y espectacular, como se puede comprobar en la preciosa localidad amurallada de Granadilla. Cerca de allí se encuentra Las Hurdes, una preciosa comarca en la que apenas viven 5.000 habitantes repartidos entre media docena de municipios, pero que es uno de los lugares más bellos de todo el país. Todo el norte de la provincia de Cáceres es asombroso, pero contrasta con la zona este de la provincia, más seca, y donde hay que detenerse por obligación en la imperial Trujillo, tierra de conquistadores. La mejor forma de acabar esta ruta es acercarnos hasta el Casar de Cáceres, una pequeña localidad cercana a la capital que ha hecho de sus excelentes quesos su seña de identidad.

Soria, ejemplo de belleza vaciada

Si hay una provincia que se puede identificar con el problema de la España vaciada, esa es Soria. En sus más de 10.000 kilómetros cuadrados apenas viven 90.000 personas, un ratio casi inexplicable. Nuestra ruta soriana comienza por las llamadas tierras altas, una comarca donde aún vive menos gente que en el resto de la provincia, que ya es decir. Y un dato que lo ejemplifica: solo tres pueblos superan los 100 habitantes en toda la comarca. De las tierras altas de Soria viajaremos a Calatañazor, uno de los pueblos más bonitos y que sigue guardando su encanto medieval, a pesar de que apenas viven allí 50 vecinos oficialmente. La ruta termina en Caracena, otro pueblo espectacular con un pasado esplendoroso, pero en el que hoy solo quedan dos docenas de habitantes. Viajar hasta allí es hacerlo a una época de prosperidad perdida que sus vecinos luchan por recuperar.

Burgos y la ruta de las Catedrales

La provincia de Burgos ha sido, históricamente, una de las rutas que seguían las personas que, desde el centro del país, querían acceder al norte, principalmente Cantabria y País Vasco. Pero, además de una zona de paso, también es parte destacada de esa España vaciada. Esta ruta nace en la capital y, más concretamente, en su famosa Catedral que ya cumple 700 años de vida. Desde ahí viajaremos hasta Castrojeriz, parada importante del Camino de Santiago y uno de los pueblos más bonitos de toda la provincia con su impresionante Colegiata de Santa María del Manzano. Pero hay otras localidades realmente pequeñas, pero que también presentan construcciones religiosas impactantes: esta ruta nos llevará a Pampliega, Santa María del Campo, Mahamud y, finalmente, Villahoz para sorprendernos y disfrutar a fondo de cada parada.

Teruel existe, por supuesto

Terminamos en esa provincia que ha logrado llamar la atención con un lema, ‘Teruel existe’, que amenaza con expandirse por esta España vaciada. Teruel tiene mucho que ver, casi tanto como sus pueblos. De la capital viajamos al precioso Albarracín, uno de los pueblos más bonitos de España y que le convierte en uno de los más turísticos de la provincia. El contraste con nuestro siguiente destino es evidente: en Peracense no llegan a los 80 vecinos, pero pueden presumir de un castillo que fue una de las mayores fortalezas medievales del Reino de Aragón.

La ruta finaliza en la comarca del Matarraña, una zona que limita con Cataluña y la Comunidad Valenciana y en la que uno se sorprende visitando lugares tan diferentes como Ráfales, Cretas, La Fresneda o Torre del Compte. Ninguno de ellos te defraudará y te permitirán vivir, conocer, defender y poner en valor el patrimonio cultural, paisajístico y gastronómico de la conocida como España vaciada.

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