Viajar con niños a Cuenca

Planes para viajar con niños a Cuenca

Siempre hay una buena razón para visitar Cuenca. En este caso nos hemos decidido por pasear por  la ciudad y descubrir sus rincones para que los niños descubran el encanto de esta ciudad. La primera parada os la imagináis: las casas colgadas. Como sabéis, se trata de casas con parte de su estructura literalmente “colgando” es decir, en el aire. Suele ser una visita que fascina a los niños porque además del encanto de los balcones de madera, les genera muchísima curiosidad.

Nuestra segunda parada será le Ciudad Encantada, uno de los lugares más misteriosos de nuestro país. Se encuentra a 36 kilómetros de Cuenca y se accede a través de la carretera hacia Tragacete. En ella, encontramos enormes bloques de piedra con formas originales y sorprendentes que recuerdan a objetos, animales o personas. Si queréis pasar un buen rato, dejad volar la imaginación y, como si de nubes se tratara, intentad adivinar de qué tienen forma.

 

Tened en cuenta que la distancia que se recorre son casi 3 km y que no está asfaltado así que hay que llevar calzado cómodo y pensarse dos veces llevar la silla de paseo de los niños, dependiendo de su edad. Cerca de la entrada se sitúa el “Ventano del Diablo” un mirador con unas vistas espectaculares.

A 45 km de Cuenca encontramos la Reserva Natural de El Hosquillo, ubicado en la serranía alta y surcado por el río Escabas. En ella, los niños pueden ver aves rapaces como el águila real, cabras hispánicas, ciervos y uno de los animales que más expectación provocan: el oso.

Si queréis hacer alguna visita os recomiendo el Museo de las Ciencias de Cuenca y el Planetario que suele tener actividades y talleres para los más pequeños.