Descubre con David Escribano y Goodyear la belleza histórica y paisajística de la comarca de Uribe con esta ruta
Dejando atrás la urbe de Bilbao y poniendo rumbo al este, entramos a la comarca de Uribe, una de las siete que componen Bizkaia. Los valles de Asua y Butrón corren paralelos en una tierra en la que el medievo dejó su huella en forma de caseríos blasonados, castillos, palacios, ermitas e iglesias de distintos estilos, mientras que la naturaleza hacía caso omiso de la obra del hombre y se mostraba indomable en sus bosques, acantilados y calas salvajes donde hasta los recuerdos de los señoríos de los hombres más poderosos se despeñan anónimamente.
A esta belleza histórica y paisajística se le une una gastronomía exquisita, conformando la ruta perfecta para disfrutar en coche por los alrededores de Bilbao.
San Juan de Gaztelugatxe
La primera parada la realizamos en la costa de la población de Bermeo. Solitaria, desafiando al fuerte viento del Cantábrico, contemplamos a la pequeña ermita del siglo X que corona un islote unido al continente por un puente de dos arcos. Ascendemos los más de doscientos escalones que llevan a la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Los cormoranes nos contemplan desde el agua, mientras que las gaviotas patiamarillas no dejan de graznar sobre nuestras cabezas, temerosas de que descubramos sus nidos escondidos entre las polimórficas rocas cubiertas de verde.
Es uno de los rincones más románticos de la costa vasca – y no han sido pocos los que aquí se han casado – y durante la época estival está realmente concurrido. Acércate en primavera, cuando un día soleado te puede hacer disfrutar de los destellos coloridos del lugar en casi total soledad.
Castillo de Butrón
Alejándonos de la costa nos adentramos en el término municipal de Gatika para visitar, desde el exterior, uno de los castillos más sorprendentes y bellos del norte de España.
El castillo de Butrón nació, en el siglo XV, como una simple casa-torre, construcción muy común en tiempos medievales, para controlar pequeños feudos y señoríos. Cuando el Marqués de Cubas – un poderoso indiano que labró su fortuna en las colonias españolas – comenzó a reformarlo en el siglo XIX, dejó volar su imaginación y creó un imponente castillo de toque germánico.
La obra se puede apreciar hoy en día junto al curso del río Butrón. La piedra, de color gris gastado, parece querer hacernos creer que ha soportado decenas de asaltos sin cuartel. Nada más lejos de la realidad. Sin embargo, la belleza arquitectónica y paisajística del lugar hace que merezca la pena visitarlo.
Árboles de distintos países fueron plantados en sus alrededores, creando un hábitat perfecto para ser recorrido a lomos de un caballo. Puedes contratar un paseo guiado con empresas de la zona.
Playa de Sopela (La Salvaje)
Sopela – también conocido como Sopelana, en euskera – es un municipio que rebosa de vida en verano y parece dormitar el resto del año. Sin embargo, su playa atrae a aventureros durante todo el año.
Cuando te encuentras en la arena de La Salvaje (o playa de Sopelana) entiendes el porqué de ese sobrenombre. El mar es bravo en esta parte de la costa vasca, pero no tanto como otras zonas de la misma. Sin embargo, la escarpada barrera natural que la separa del pueblo hace que, dependiendo de en qué punto te encuentres, te sientas rodeado solo por naturaleza.
El muro de roca está recubierto de hierba verde y desde lo más alto de él saltan hombres que soñaron con ser pájaros, ataviados con sus grandes alas de parapente y regalando un espectáculo de coloridos giros en el aire a los surfistas que se encuentran en tierra.
Tuve la suerte de practicar ambos deportes y me resulta difícil decantarme por uno de ellos. Aunque el parapente es más espectacular, el surf, cuando llegas a dominarlo, te hace descargar adrenalina de una manera brutal.
Monte Jata
Una de las mejores vistas de toda la zona, las tendremos desde la cima del Monte Jata, de apenas 600 msnm. Para acceder a ella, es mejor dejar el coche abajo y tomar un 4×4 con el que recorrer las pistas forestales del Jata. Pudimos hacerlo con un gran conocedor del terreno y recorrimos los caminos buscando los mejores miradores y las pistas más complicadas, hambrientos de aventura.
La misma cima del monte, justo al lado de las antenas que la coronan, también sirve de pista de despegue para los practicantes del parapente, por lo que también es la ruta perfecta para los amantes de los deportes al aire libre.
Gorliz
La pequeña población de Gorliz se abre al mar de una forma pausada, distinta a la de los dramáticos acantilados de otras partes de la costa vasca. En su hospital-balneario, situado frente al mar y junto a un pequeño bosque de pinos que motea de verde la playa, la gente sigue acudiendo a intentar curar sus dolencias en un ambiente de relajación y aire puro.
Si quieres sentir el mar de cerca, puedes alojarte en un albergue juvenil que está ubicado en el mismo paseo marítimo y disfrutar de una noche escuchando los sonidos del mar.
Los amantes del ejercicio físico y la aventura pueden contratar los servicios de Troka Abentura para practicar el kayaking o probar el coasteering. El coasteering es un deporte inventado en Gales y consistente en ir recorriendo la costa marítima, combinando nadar con trepar y saltar desde las rocas de las paredes rocosas. Gorliz y Bakio son dos poblaciones idóneas para realizarlo.
La costa de Uribe
Recorriendo en coche la costa de Uribe, sentirás la necesidad de detenerte cada poco tiempo. Las playas de Barrika llegaron incluso a atraer a los productores de la famosa serie Juego de Tronos.
Los acantilados crean estampas preciosas y entre ellos surgen pequeñas calas que ofrecen auténticos paraísos a los surfistas. Es el caso de la pequeña Meñakoz – de la que se dice que posee una de las mejores olas del surf europeo – o la famosa Bakio.
Aunque no te guste el surf, encontrarás un gran número de rincones con vistas espectaculares para disfrutar de la naturaleza y, seguramente, de la fotografía.
Gastronomía
Y tras tanta actividad, conducción y ajetreo, debemos tratarnos con mimo y regalarnos un buen premio gastronómico. No es complicado acertar con un buen lugar en la comarca de Uribe. La materia prima con la que trabajan es exquisita.
Uno de los platos más sabrosos y consistentes es el perol de alubias, que viene acompañado por los míticos sacramentos (morcilla, tocino, chorizo y costillas). El Asador Aurrekoetxe, en Mungia, es un buen lugar para probarlo.
También los pescados y mariscos del restaurante Begoña, en Gorliz, gozan de renombre, mientras que el rodaballo a la parrilla de la cervecería-asador Urizar, en Lemoiz, goza de renombre en Euskadi.
¡Siéntete libre y pleno conduciendo por las carreteras de Uribe!
David Escribano es un redactor de viajes freelance que trabajó durante años en fondos de inversión antes de descubrir su verdadera vocación. Ha realizado viajes de larga duración por los cinco continentes, contándolo en Viajablog desde el 2007. Colaborador habitual en Skyscanner y Rumbo y ocasional en Ocholeguas, se declara como un enamorado de África y los viajes improvisados