Los secretos de Sierra de Gata

1 octubre | 2019 | Goodyear

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Recorrer territorios casi vírgenes a través de carreteras poco transitadas y atravesando paisajes evocadores es la experiencia que desea vivir todo viajero. Muchas veces recorremos miles de kilómetros para encontrar todas esas características reunidas en un solo destino, pero hay casos en los que los tenemos a la vuelta de la esquina y apenas nos habíamos dado cuenta. Es el caso de la Sierra de Gata, uno de los lugares más desconocidos de España, pero que está cargado de historia, naturaleza y vida.

Sierra de Gata, una bella desconocida

Extremadura es una de las comunidades más desconocidas de España. Quien no haya pasado nunca por allí y se deje llevar por las temperaturas que ve en los mapas del tiempo llegará a la errónea conclusión de que es un territorio árido y seco, casi un desierto. Sin embargo, es todo lo contrario: dehesas verdes, montañas llenas de vegetación y una diversidad impresionante. Y la Sierra de Gata encarna perfectamente esa sensación extremeña: desconocida para la gran mayoría, pero con mucho que ofrecer.

Situada en el noroeste de la provincia de Cáceres, ocupando parte de la invisible frontera con Portugal, la Sierra de Gata abarca más de 1.250 kilómetros cuadrados y una veintena de municipios. Es vecina de la comarca de Las Hurdes y, como sucede en este caso, es un destino casi virgen pese a estar apenas a tres horas de Madrid.

Porque si hay algo que caracteriza a la Sierra de Gata es su autenticidad: las calles angostas de sus pueblos detenidos en el tiempo, la cercanía de sus gentes, sus parajes naturales de una belleza extrema y, por supuesto, su habla. En esta zona de España se sigue hablando un idioma propio, la “fala”, una mezcla de castellano, gallego, astur y portugués típica de estos pueblos y que se mantiene en el tiempo. Una muestra más de que estamos en uno de los últimos destinos vírgenes de nuestro país.

La Sierra de Gata es un paraíso para los senderistas, que podrán caminar entre el Monte Jálama, con sus 1.492 metros de altura y La Bolla, con 1.519, los dos montes más altos de la comarca. Además, está el Jañona, Las mezas o La nave, picos de más de mil metros que esconden recodos bellísimos y una enorme biodiversidad. Desde 1977, toda la comarca pertenece al Inventario Abierto de Espacios Naturales de Protección Especial del ICONA, destacando la Reserva Ornitológica del Embalse de Borbollón, la Reserva del Buitre Negro en el Valle del Árrago o la Reserva Paisajística del monte Jálama.

Castillo de Trevejo

Los pueblos más bonitos de Sierra de Gata

Pero si la naturaleza es parte imprescindible de una visita a la Sierra de Gata, sus pueblos y sus gentes merecen un punto y aparte. Además de poseer un importante patrimonio arquitectónico, las localidades que conforman esta comarca tienen un carácter especial, forjado a base de décadas de olvido y aislamiento. Por eso reciben al visitante con los brazos abiertos, deseosos de mostrarles lo mejor de una tierra bella y noble. Para vivir una experiencia completa hay que visitar, al menos, los cinco municipios que han sido nombrados Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico Artístico: Trevejo, San Martín de Trevejo, Gata, Hoyos y Robledillo de Gata.

Trevejo

Pese a que en la actualidad apenas alcanza la veintena de habitantes, es uno de los lugares más importantes de la Sierra de Gata ya que es una antigua aldea medieval y contiene las ruinas de un castillo levantado durante la invasión árabe. Las casas son de granito y muchas de ellas necesitan de pequeñas escaleras para poder acceder por el desnivel del suelo. Además, las calles estrechas y empinadas son parte del encanto de una aldea que merece una visita.

San Martín de Trevejo

Es, junto a Eljas y Valverde del fresno, la cuna de ‘la fala’, el idioma local. En sus casas predomina más el adobe y la madera que el granito, pero las calles estrechas y empedradas (como la Calle del Hospital o la Calle de la Ciudad) siguen siendo un clásico de esta sierra. Además, si hay algo que caracteriza las viviendas de San Martín de Trevejo son los tozones: son las vigas que sobresalen a la calle desde las casas y cuyos bordes están labrados con rostros humanos. Esta localidad fue sede del Comendador de la Orden de San Juan de Jerusalén, cuyo palacio sigue siendo a día de hoy el edificio más señorial.

Gata

Su escudo muestra parte de su historia: luce orgullosa el escudo de armas de Carlos I, a quien apoyó en la Guerra de las Comunidades: una villa fiel y valiente cuya fama se extiende por toda Extremadura porque nunca se da por vencida. Ese escudo está presente en la Fuente del Chorro, uno de los grandes atractivos de la localidad junto a la almenara, a cuya torre se puede subir para descubrir unas vistas privilegiadas de la Sierra de Gata.

Hoyos

Es, probablemente, el municipio más elegante de toda la comarca y la razón es que fue el lugar elegido como residencia de verano por los obispos de la cercana ciudad de Coria. Por eso, paseando por las calles de Hoyos se descubren distintos palacetes y casas centenarias con enormes entradas y jardines. Sin duda, la más impactante es la conocida como la Casa del Deán, pero son muchas las construcciones, sobre todo de piedra, que llaman la atención del visitante. Hoyos es, hoy en día, la capital administrativa de la Sierra de Gata.

Robledillo de Gata

Es uno de los lugares más aislados de la comarca y eso le hacer ser, al mismo tiempo, uno de los más pintorescos. Robledillo de Gata es un destino que no puede faltar en nuestra visita a la Sierra de Gata, sobre todo por su magnífico estado de conservación: calles estrechas, pasadizos minúsculos y corredores ocultos convierten a esta villa medieval en un destino increíble. Aquí, la pizarra se mezcla con el adobe para la construcción de viviendas y edificios de trabajo. Y aunque es el pueblo más alejado de esta ruta, su composición le hace ser el más turístico y visitado de todos.

Robledillo, Gata, Hoyos, San Martín y Trevejo componen la ruta imprescindible que no podemos dejar de visitar en la Sierra de Gata. Si a la belleza de estas tierras unimos la cercanía de sus gentes, la increíble experiencia de escuchar la fala o el hecho de que sea uno de los mejores destinos micológicos de todo el país, no se nos ocurre ninguna excusa mejor para poner rumbo a Sierra de Gata.

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