Turismo en Asturias: ideas para disfrutar la costa asturiana

2 septiembre | 2015 | Susana García

Te proponemos algunos interesantes planes para disfrutar del turismo en Asturias durante el mes de Septiembre. ¡Entra y conócelos!

Septiembre es una época estupenda para visitar Asturias. Los días aún se alargan y las temperaturas suelen ser suaves, lo que lo convierte en un destino ideal para recorrer sus rincones y descubrir paisajes maravillosos.

Uno de mis destinos favoritos para viajar en familia es la costa occidental asturiana y una de las rutas que más nos gusta es la que comienza en Cudillero, un bonito pueblo de pescadores, conocido por sus casas de colores colocadas en forma de anfiteatro mirando al mar, y termina en el Cabo Vidio.

Cuando llegamos a Cudillero, lo ideal es dejar el coche cerca del puerto, dar un paseo por sus callejuelas, subir al  faro (que suele despertar mucha curiosidad entre los más pequeños) y disfrutar de su gastronomía. Si los niños no son muy pequeños, puedes subir con ellos a los miradores, pero ten en cuenta que pueden cansarse.

Muy cerca de allí, a tan solo 3,5 km, se encuentra la playa del Aguilar, en la localidad de Muros de Nalón. Se accede a ella a través de una carretera serpenteante, rodeada de eucaliptos, que te permite disfrutar de unas vistas espectaculares durante el trayecto.

Esta playa es una de las más cómodas para ir con niños y si tienes la suerte de verla cuando la marea está baja, pueden disfrutar jugando a capturar cangrejos por sus inmensas rocas.

Pero pensar en Asturias con niños, además de playa, es pensar en naturaleza.

Por ello, uno de mis lugares favoritos para visitar con ellos es una granja, pero una granja, como dicen mis hijos, “de las de verdad”.

Playa del Silencio

En la localidad de Santa Marina (a la que se llega a través de la A-8, salida 452) se encuentra la Granja La Cuesta, una explotación ganadera que desde hace unos años organiza visitas guiadas pensadas para que los más pequeños vivan en primera persona labores como el ordeño, la recogida de huevos y puedan jugar con las cabras o pasear en caballo.

La visita, que dura unas 3 horas, permite ver a los animales en su entorno natural y termina con una deliciosa merienda a base de leche y magdalenas caseras para retomar fuerzas.

A tan solo 3 km, siguiendo la N-632, es imprescindible hacer una parada en la Playa del Silencio. Se trata de un playa de difícil acceso, a través de muchas escaleras, por lo que no suele compensar bajar con niños (sobre todo si son muy pequeños) pero cuyas vistas desde la carretera son difíciles de olvidar, creedme.

Continuando  por la A-8 y CU-8 llegaremos al punto final de nuestra ruta, el Cabo Vidio, un acantilado de 80 metros sobre el mar.

Mi recomendación es sentarse con los niños y disfrutar de las vistas. La inmensidad que se respira suele provocar tanta sorpresa en los niños, que incluso los más inquietos se relajan como por arte de magia.

Desde allí, cualquiera que sea vuestro siguiente destino, las carreteras que van bordeando la costa nos ofrecen unas vistas maravillosas, por lo que si podéis, recorredlas antes de que anochezca. Merece la pena.

 

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