A la hora de contratar un seguro suele aparecer el concepto de franquicia, pero ¿qué implica la franquicia del seguro de un vehículo? ¡Te lo contamos!
Uno de los requisitos para poder circular con cualquier tipo de vehículo en España es que esté asegurado. Hay un seguro mínimo obligatorio que cubre los daños ocasionados a terceros y, a partir de ahí, el abanico de posibilidades es enorme. Uno de los más contratados es el seguro con franquicia, pero no todo el mundo sabe en qué consiste. Aquí te vamos a contar qué es la franquicia de un seguro de coche o de cualquier otro tipo de vehículo a motor.
¿Qué es la franquicia de un seguro de coche?
El seguro obligatorio de coche es el mínimo que tiene que llevar cualquier vehículo que circule por nuestras carreteras. Pero, dentro de los seguros de coche, los hay de muchos tipos: a terceros, a terceros ampliados, a todo riesgo, etc. Y en todos esos casos se puede añadir una opción, la franquicia, aunque lo cierto es que casi siempre se utiliza en los seguros a todo riesgo.
La franquicia es una cantidad fija o un porcentaje que la aseguradora pacta con el asegurado. En esos seguros, el asegurado tiene que asumir los costes de un siniestro hasta esa cuantía pactada en caso de accidente. Las personas que contratan una franquicia se ahorran una buena cantidad de dinero en su seguro anual, pero, a cambio, tendrán que pagar una cantidad en caso de siniestro.
Es una práctica muy habitual en el mundo de los seguros y una de las formas de equilibrar el riesgo. Si el conductor no sufre ningún accidente, se habrá ahorrado una importante cantidad de dinero en su seguro; pero si ha tenido uno o varios accidentes, habrá salido perdiendo. Sin duda, es una de las mejores opciones para los buenos conductores o aquellos que nunca o casi nunca dan partes al seguro, ya que a la larga saldrán ganando.
¿Qué cubre la franquicia de un seguro de coche?
Hay que tener claro que, en caso de siniestro, el seguro pagará todos los daños provocados por nuestra culpa a otro vehículo sin que eso repercuta en nuestro bolsillo, tengamos o no franquicia en el seguro. Solo hay que hacer frente a la franquicia cuando se trata de daños propios: en ese caso, dependerá de la modalidad de seguro contratada.
Los seguros con franquicia se contratan principalmente en los seguros a todo riesgo. Solo el hecho de introducir la franquicia mínima, que suele ser de unos 150 euros, puede hacer bajar el precio del seguro en más de un 30 por ciento. Y cuanto más alta sea la franquicia, más barato será el seguro anual contratado. Por poner algún ejemplo:
- Seguro a todo riesgo sin franquicia: 600 euros.
- Seguro a todo riesgo con franquicia de 150 euros: 400 euros aproximadamente.
- Seguro a todo riesgo con franquicia de 300 euros: 350 euros aproximadamente.
En todos estos casos, nuestro seguro pagará de forma íntegra los daños ocasionados a otro vehículo en caso de siniestro, sin hacernos pagar ninguna cantidad. Pero si hemos sufrido daños propios, entonces la situación sería la siguiente, poniendo como ejemplo un accidente en el que los daños en nuestro coche ascienden a 1.000 euros:
- Seguro a todo riesgo sin franquicia: no tendríamos que pagar nada por el arreglo de nuestro coche.
- Seguro a todo riesgo con franquicia de 150 euros: tendríamos que pagar los primeros 150 euros de la reparación; el resto, los otros 850 €, lo pagaría el seguro.
- Seguro a todo riesgo con franquicia de 300 euros: tendríamos que pagar los primeros 300 euros de la reparación; el resto, los otros 700 €, lo pagaría el seguro.
¿Afecta la franquicia a las coberturas del seguro?
Si contratamos la opción de la franquicia con cualquier aseguradora las coberturas serán las mismas que el resto de conductores. Es decir, cubre los mismos daños, aunque la diferencia radique en quién tiene que pagar los arreglos producidos en nuestro propio coche: si no tenemos franquicia en un seguro a todo riesgo, lo pagará íntegramente la aseguradora; si tenemos una franquicia, nosotros tendremos que pagar la cantidad fijada en el contrato y la aseguradora se encargará del resto.
Por esa razón, los asegurados se ahorran una buena cantidad de dinero escogiendo esta opción más económica respecto a otras pólizas, pero es importante saber que, por término medio, si se dan 2 o más partes al seguro cada año acabará costando más dinero que si se escoge la opción sin franquicia.
La franquicia es una de las formas que las aseguradoras tienen para equilibrar el riesgo al contratar un seguro. Y la mejor manera de decidir si esta fórmula compensa o no a la hora de elegir nuestro seguro es mirar hacia atrás: si nunca hemos dado ningún parte, es muy probable que, a la larga, nos compense; pero si cada año damos varios partes al seguro, es mejor contratar un seguro a todo riesgo y olvidarnos de las franquicias.
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