Dónde comer en Liébana: descubre los Picos de Europa

13 octubre | 2016 | Luis Fernandez del Campo Viajero Digital

Te descubrimos los mejores lugares donde comer en Liébana. De la mano de Goodyear y Luis Fernández del Campo de Viajero Digital, descubre lo mejor de la gastronomía de los Picos de Europa con nuestro ranking.

A lo largo del año, siempre hay motivos para una escapada al valle de Liébana (Cantabria), en los Picos de Europa. Además del turismo de aventura, especialmente activo durante el verano, el otoño es una época ideal para disfrutar de los paisajes de Liébana, de esa variedad de colores que proporciona esta estación, y de un clima suave y agradable, lejos de los fríos y nieves del invierno y del calor de los días estivales.

Donde está Liébana y cómo llegar

Liébana es una comarca natural, situada al oeste de Cantabria, limítrofe con Asturias y León, enclavada en los Picos de Europa. Potes es su capital y centro neurálgico del valle. Para acceder, hay dos opciones: la mejor es desde la costa y atravesando el impresionante Desfiladero de la Hermida, desde cuyas alturas se dice que las tropas de Don Pelayo arrojaban grandes piedras a los invasores musulmanes. La otra opción es acceder desde el lado leonés, por el Puerto de San Glorio, también con muy buenas vistas. Si viajas desde lejos, lo mejor es volar a Santander y alquilar un coche para desplazarte desde allí por la autopista del norte y entrar desde Unquera al desfiladero.

Dónde alojarse en la comarca de Liébana

La comarca de Liébana cuenta con numerosos alojamientos rurales con encanto, para todos los gustos y muy asequibles. Mi selección de lugares favoritos:

Hotel Infantado, en Ojedo, justo a la entrada de Potes. Es un hotel familiar, de 50 habitaciones (el más grande de todo el valle), con un estilo muy acogedor y en línea con su entorno. Merece la pena una visita a su restaurante con cocina tradicional, e incluso un chapuzón en su piscina.

Hotel del Oso, en Cosgaya. Está en un precioso edificio tradicional montañés, con todos los servicios, y del que merece destacar su restaurante, en el que es difícil encontrar sitio para degustar su cocido lebaniego.

Posada Bistruey, en Vega de Liébana. Tiene solo 7 habitaciones, totalmente integrado en su entorno tanto por su arquitectura tradicional como por el personal estilo con el que están decoradas sus habitaciones, “rustichic”, tal como lo define su propietaria Pilar Velarde.

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Qué comer: cocido lebaniego, carnes  y quesos

La estrella de la gastronomía lebaniega es, sin duda, el cocido lebaniego. Es un plato contundente, para hacer buen acopio de energías. Consta de sopa, garbanzos (tipo Pedrosilla), repollo, carne de cerdo, zancarrón, lacón, costilla adobada, oreja, tocino, cecina y chorizo. ¡Casi nada! Con esto seremos capaces de subir a los más altos picos y de recorrer todos los senderos del valle con propulsión natural.

Es muy difícil decidir cuál es el mejor. De hecho, cada año se hace un concurso de los mejores pucheros de Cantabria para dilucidarlo, pero entre los que selecciono a continuación puedes encontrar algunos de los ganadores del mejor cocido lebaniego de Cantabria.

Restaurante Hotel Remoña, en Espinama.

Restaurante Paco Wences, del Hotel Valdeoro, en Potes.

Restaurante del Oso, en Cosgaya

Restaurante del Hotel Infantado.

 Qué ver y hacer en Liébana

Para aprovechar bien el tiempo, no dejes de hacer las siguientes actividades (a nivel turista, nada de escaladas ni trekkings).

Subir en el Teleférico de Fuente Dé hasta los picos de Europa. Asómate al mirador allá arriba, pasea por la pista forestal entre las montañas hasta el Parador de Aliva, y, si te animas, vuelve caminando hasta Espinama; si no, siempre puedes regresar en el teleférico.

Asomarte al mirador de Santa Catalina, más conocido como “Bolera de los moros”, desde donde se divisa todo el desfiladero de la Hermida y sus cumbres. Se accede desde el Valle del Nansa, en la localidad de Peñarrubia.

Hacer una escapada a Tresviso, el pueblo más occidental de Cantabria, donde se elabora su famoso queso picón. Podrás visitar alguna de las cuevas en las que se fermenta de forma totalmente natural. Ríete del Cabrales (con perdón), este queso es aún más fuerte, apto solo para los más queseros.

Visitar las bodegas que elaboran vino de altura, a partir de uvas autóctonas como la Mencía, recuperando la antigua tradición. La bodega “Picos de Cabariezo” organiza visitas guiadas a sus viñedos e instalaciones.

Visitar el monasterio de Santo Toribio de Liébana, donde se encuentra el “Lignum Crucis”, que según cuenta la tradición es el trozo más grande que se conserva de la Cruz de Cristo. Esta reliquia es venerada allí desde que en el siglo VIII la trajera Santo Toribio, huyendo de la invasión musulmana. En torno a ella, y al santo, gira la celebración del Año Santo Lebaniego, uno de los cuatro años jubilares más antiguos de la cristiandad.

liebana monasterio de santo toribio

Disfrutar de la Fiesta del Orujo. El segundo fin de semana de noviembre se celebra esta fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional en 2012, en la villa de Potes. El motivo principal es divulgar cómo los lebaniegos vienen elaborando orujo, desde hace siglos, una tradición que se remonta a la época medieval, en la que los monasterios tenían sus propios viñedos. La principal peculiaridad del orujo lebaniego es que se elabora en alquitaras, en lugar de en alambiques, que es donde se elaboran otros orujos, como el gallego.

Liébana y su Fiesta del Orujo

El orujo es, en realidad, el nombre que se le da al  hollejo procedente del pisado de la uva, es la masa que queda cuando se separa el mosto. Esta masa es la que se introduce en las alquitaras para su destilación, produciendo el famoso aguardiente de orujo, aunque popularmente se le llama orujo al destilado.

Durante la fiesta, las alquitaras salen a la calle, se elabora orujo directamente allí, que luego será catado por los asistentes a la fiesta en los puestos instalados en el parque de la Serna. Los momentos cumbres son la declaración del “Orujero Mayor”, que cada año es una personalidad pública que leerá el pregón y procederá al encendido de las alquitaras; y la entrega del premio “Alquitara de Oro” a una de las empresas orujeras de la zona, en el último día de la fiesta.

Te guste o no el orujo, es una fiesta que merece vivirse y conocerse. No te preocupes, con un buen cocido lebaniego y una buena siesta, los efectos del orujo se disipan fácilmente.

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